Tabaquismo: cáncer y dependencia
Publicado originalmente en "Alternativa Sociaista" en los año 80. Fue uno de los primeros textos que publiqué.
Por Fernando da Rosa
"El hábito de fumar es probablemente la principal causa evitable de mala salud en todo el mundo. El aumento que se registra actualmente en el consumo de tabaco amenaza sobre todo a los habitantes de los países en desarrollo, que son blanco de campañas de promoción organizadas por los fabricantes de cigarrillos, es de temer que en esos países el hábito de fumar se convierta en un próximo futuro en uno de los principales riesgos para la salud”
Dr. Halfdan Mahler.
Director General de la O.M.S.
Uno de los antecedentes más remotos del hábito de fumar se halló en las ruinas de Palenque-México, en las cuáles aparece en el relieve de un templo un sacerdote fumando. Están también las anotaciones de Cristóbal Colón, quien en 1492 se refiere a las hojas desecadas que le proporcionaron los indígenas y cómo ellos las fumaban. Uno de los mayores promotores de su uso fue Jean Nicot quien en 1560 introdujo el rapé -raspado o rallado de la hoja de tabaco previamente tratada- en la corte de Francia, sosteniendo que poseía propiedades curativas maravillosas.
Aparentemente no todo eran elogios, ya que por el 1600 el Rey Jacobo I escribía refiriéndose al tabaco; "gran vanidad es, pues y aún gran menosprecio de los dones del creador, corromper deliberadamente con un humo hediondo la frescura del aliento de sus criaturas".
Posteriormente a partir de 1870 con la utilización de máquinas automáticas en la fabricación de cigarrillos, su producción masiva y como consecuencia a menor costo, llevaron a una mayor difusión del hábito de fumar que aumentó durante las guerras subsiguientes al propagarse junto con los ejércitos, especialmente durante la Primera Guerra mundial, por la costumbre de dar cigarrillos gratis a los soldados. Hasta que en la década del 30, varios investigadores empezaron a asociar el hábito de fumar con el aumento del cáncer al pulmón.
El Dr. Altón Oschner durante el Congreso Internacional del Cáncer en 1939 sostuvo que el aumento del cáncer de pulmón era consecuencia de la práctica de fumar cigarrillos e inhalar su humo. En 1950 los Ores. Ernest Wynder y Everst Graham estudiando 605 pacientes con cáncer de pulmón, comprobaron que el 96,5% de ellos eran fumadores desde hacía muchos años.
Efectos sobre la Salud
Actualmente se reconoce que el humo del cigarrillo está compuesto por:
Alquitrán, que produce y favorece el cáncer experimental animal, es uno de los responsables del cáncer de pulmón, esófago, boca, páncreas, laringe y vejiga.
Oxido de carbono, que afecta el normal desarrollo del embarazo, dificulta la fijación, transporte y liberación de oxígeno por la sangre. Altera el endotelio arterial, favorece la aterosclerosis y el infarto de miocardio.
Nicotina, libera catecolaminas y noradrenalina que favorece el infarto de miocardio y la angina de pecho. Produce acostumbramiento y dependencia de los fumadores...
Acroleina, formaldehido, fenoles, etc, compuestos orgánicos volátiles causantes de la bronquitis crónica.
La tasa de mortalidad de los fumadores es casi dos veces mayor que la de los no fumadores. Distintas encuestas realizadas entre 1972 y 1973 pusieron de manifiesto que la mortalidad fetal es muy superior en el caso de las embarazadas que fuman.
Pero mucho más graves son los riesgos para las fumadoras que usan contraceptivos orales, éstas tienen gran posibilidad de sufrir alteraciones cardiovasculares, que no se manifiestan de no producirse esta asociación.
Tabaquismo en Uruguay
Durante 1979 se vendieron 192 millones de cajillas de cigarrillos.
En el período 1945-1965, el cáncer de pulmón se multiplicó por tres, también se ha observado un aumento en las defunciones por bronquitis, enfisema y enfermedades del aparato circulatorio.
La propaganda
Actualmente en muchos países todos los paquetes de cigarrillos deben llevar impresa una advertencia sobre los peligros del tabaco. En Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Suecia, Rusia, Checoslovaquia, Italia, Suiza, Dinamarca, Noruega, Polonia, Nueva Zelandia y Singapur, se ha prohibido totalmente la propaganda del tabaco en radio y televisión. En otros se prohíbe relacionar en la propaganda el hábito de fumar con el atletismo, el atractivo sexual, la capacidad intelectual, o con cualquier otro fenómeno que no guarde relación con el consumo de tabaco.
En cambio los habitantes de los países "en vías de desarrollo" debemos soportar las más organizadas campañas publicitarias: los mejores deportistas logran sus éxitos inhalando el humo del tabaco, los "cowboys" más fuertes después de sus proezas "saborean" un cigarrillo. En resumen, relacionan el tabaco con lo que en realidad destruye, la salud.
Los fabricantes sostienen que las personas pueden elegir libremente entre fumar y no hacerlo, en realidad el consumidor sufre el ataque de una publicidad realizada por profesionales que conocen todos los resortes sicológicos sobre los cuales deben actuar y los sueños a vender.
En los países donde la población posee un bajo poder adquisitivo asocian al cigarrillo con la riqueza material. Los más caros automóviles, yates y aviones desfilan frente a nuestros ojos junto a la cajillas de cigarrillos. En cambio en los países con alto poder adquisitivo generalmente se une la cajilla con el encuentro del amor ideal.
Además para poder elegir libremente hay que estar bien informado, pero cómo va a ser posible si el dinero que gastan las empresas productoras de cigarrillos en propaganda a su favor es un millón de veces superior que la realizada en contra.
Cuando la Organización Mundial de la Salud intenta que los gobiernos prohíban totalmente la publicidad sobre el tabaco. Cuando varios países desarrollados prohíben su venta a menores. ¿Por qué los países del Tercer Mundo permiten que el hábito se extienda cada vez más?, ¿por qué algunos gobiernos permiten este bombardeo publicitario sobre el consumidor indefenso?
Intereses económicos
La explotación del tabaco está en manos, según Frederik Clairmonte, economista de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo, de siete grandes conglomerados transnacionales, cuyos epicentros de poder están en los Estados Unidos, el Reino Unido y Sudáfrica.
Poco a poco los países desarrollados han llevado a las compañías tabacaleras a trasladar su mercado hacia los países "en vías de desarrollo", ( 1962-1964 el consumo de tabaco, en toneladas, era de 3549, 1868 en países desarrollados y 1680 en países "en vías desarrollo", para 1986 la FAO calcula que será de 5554, 2565 para los países desarrollados y 2978, para los países "en vías de desarrollo". O sea que de consumir 188 toneladas menos, pasaremos a consumir 413 más que los países desarrollados.
Mientras los Estados Unidos y la Comunidad Económica Europea controlan la difusión del hábito del tabaco dentro de fronteras, invierten en 1977, 64 millones de dólares en defender los precios del tabaco y otorgan primas a los productores.
Esto no es nada si lo comparamos con lo que recibieron en impuestos sobre esta industria; por ejemplo, en 1976 Estados Unidos recaudaron 6.000 millones de dólares.
Las ventas han empezado a estancarse en los países desarrollados gracias al conocimiento y difusión de los mortíferos efectos del tabaco, pero como señala Eric Eckholm en un reciente informe del World Watch Institute "la situación no es precisamente desesperada para la industria mundial tabaquera, cuyas ventas anuales ascienden en la actualidad a casi cuatro billones de cigarrillos, por los que los fumadores pagan la asombrosa cantidad de 85 mil a 100 mil millones de dólares de los Estados Unidos. La razón de que los fabricantes de cigarrillos no estén alarmados es la ingente magnitud del mercado en potencia que empieza a materializarse en el Tercer Mundo y en buena parte del cual no ha calado aún la preocupación por la mortalidad y la morbilidad debidas al tabaco. Los anunciantes de cigarrillos y muchos gobiernos de todos los colores del arco iris político están promoviendo de hecho futuros aumentos de la mortalidad en África, Asia y América Latina".
Según Mike Muller en su estudio "Tomorrow's Epidemic" los países en vías de desarrollo no se han resistido porque "las compañías tabaqueras ofrecen contratos con ganchos en todos los niveles, instrucción de los agricultores en los métodos del cultivo del tabaco, financiación de las plantas de elaboración, garantías de venta gracias a las marcas registradas y a las campañas de publicidad y oportunidades de lucro para familias de clase dirigente y para otras personas influyentes".
El trastorno ecológico
Los países en vías de desarrollo producen el 55% del tabaco que se consume en el mundo, pero esta producción es controlada por las grandes empresas multinacionales, que son las que fijan los precios de la materia prima.
En la elaboración del tabaco es necesaria gran cantidad de calor que se obtiene mediante el consumo de leña. Se calcula que por cada hectárea plantada de tabaco Virginia, hay que quemar en el proceso de curado toda la vegetación de una hectárea de tierra forestal. Si tenemos en cuenta la advertencia del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que llamó la atención sobre la escasez de árboles como causa de la degradación del suelo de los países pobres, podemos comprender lo grave de este hecho que está afectando a países tan cercanos como el Brasil, donde es importante la producción de tabaco.
Conclusión
El consumo de cigarrillos por lo tanto no sólo es de gran perjuicio personal por las graves consecuencias que trae aparejadas, sino que además atenta contra la producción de alimentos, la economía y el equilibrio ecológico de nuestros países.
No tenemos nada que ganar con el consumo y cultivo del tabaco, sí podemos ganar y mucho erradicando el hábito de fumar.